viernes, 16 de mayo de 2008

Árboles Fijadores de Nitrogeno

Para que un árbol tenga la capacidad de fijar nitrógeno se debe asociar simbióticamente con una bacteria, que en realidad es la que fija el nitrógeno, la cual genera agallas, denominadas nódulos, en las raíces del árbol hospedero.


Brewbaker y colaboradores (1990) registraron 648 especies de árboles fijadores de nitrógeno, distribuidas en nueve familias. Las leguminosas son las dominantes con 520 especies, dentro de la cual hay 321 mimosoideas, 173 papilionoideas y 26 caesalpinioideas.

La mayoría de las leguminosas producen nódulos en forma de agallas, habitadas por bacterias (Rhizobium spp.), las cuales fijan el nitrógeno atmosférico en compuestos orgánicos que finalmente benefician a las leguminosas, a cambio estas proveen a la bacteria de alimento, nutrimento y agua. Se ha logrado establecer que:

  • Las leguminosas que están inoculadas con bacterias se dan bien en los suelos deficientes de nitrógeno.
  • El contenido de nitrógeno de los suelos aumenta considerablemente como resultado de la presencia de las leguminosas.
  • En presencia de nitrógeno disponible, la formación de nódulos es muy débil.

Los nódulos radiculares no han sido encontrados en todas las especies de leguminosas, se cree que algunas leguminosas aun no han desarrollado la capacidad de realizar la simbiosis.

Asimismo, en las hojas de cerca de 370 especies de plantas no leguminosas existen colonias de bacterias, algunos de los cuales son definitivamente conocidas como fijadoras de nitrógeno. En la mayoría de estos casos ni la bacteria ni la planta fanerógama pueden vivir sin el simbionte.

Existe otro grupo de plantas leñosas que pueden fijar nitrógeno en asociaciones con el actinomicete Francia. A estas plantas se les denomina actinoríziticas, comprende 8 familias, 24 géneros y alrededor de 160 especies. En este grupo podemos encontrar; Alnus, Alopecurus, Casuarina, Ceanothus, Cycadaceae, Elaeagnus, Hippophae, Myrica, Podocarpus, Shepherdra, etc.

Algunas investigaciones recientes revelan que a partir de las interacciones entre mirmecófitas y sus hormigas asociadas, las plantas pueden obtener nutrientes de manera antes desconocida.

Se ha demostrado que los individuos de Cecropia spp. son capaces de absorber una impresionante cantidad de nitrógeno (ca. 90%) de los desechos que las hormigas dejan en los domacios. Recientemente Fischer et al. (2003) también llegaron a la conclusión de que dos especies mirmecófitas del género Piper son capaces de incorporar en su tejido hasta el 25% del nitrógeno consumido por las hormigas Pheidole bicornis, absorbiéndolo a través de la pared de los domacios. Estos descubrimientos sugieren que el beneficio que la planta obtiene de la interacción con las hormigas es aún mayor que la defensa, como antes se creía.

También se pueden encontrar asociaciones de algas azul verdes con raíces u otros órganos de muchas plantas superiores, y en algunas de estas relaciones existen pruebas de que el alga puede fijar nitrógeno. Hay algunas asociaciones simbióticas fijadoras de nitrógeno con cianobacterias (Nostoc). Incluye algunos líquenes: Lobaria y Peltigera, Azolla (Helecho mosquito), Cicadas, Gunnera.

En general los árboles fijadores de nitrógeno existen en zonas tropicales y en las zonas templadas son las especies arbustivas y herbáceas los encargados de la fijación. Se ha logrado descubrir que la Rhizobium tiene la capacidad de inducir la ondulación de la Trema aspera, una planta de la familia Ulmaceae. Esto también ha sido visto en otros géneros de esta familia como; Aphananthe, Celtis y Parasponia.

Por lo general una determinada cepa Rhizobio es capaz de formar una simbiosis con una especie de leguminosas, aunque se ha descubierto que algunas cepas pueden infectar a varias especies dentro de un mismo género. Se ha demostrado que al plantar Robinia pseudoacacia con otros árboles se logra incrementar la producción de madera. También el Alnus tiene una utilidad similar.

Bibliografía:

  • CARMELO BENAIGES, Aris. Agricultura Productiva. Madrid, Ministerio de Agricultura. 1964. 854 p.

  • JONES, Samuel. Sistemática vegetal. México, Editorial McGraw-Hill. 1987. 536 p.

  • ORGANIZACIÓN PARA LA ALIMENTACION Y LA ALIMENTACION (FAO). Inoculantes para leguminosas y su uso. Italia. 1985. 61 p.

  • R. F. DAUBENMIRE. Ecología de plantas. México, Editorial Limusa S.A. 1990. 496 p.

  • TTA FONDO PARA EL AUMENTO DE OPORTUNIDADES DE INVESTIGACION. Proyecto de transformación de la tecnología agropecuaria. Parte 2. Lima. 1993. 323 p.

  • VASQUEZ BLAS, J. A. Efecto de la inoculación con Rhizobium en los plantones de algarrobo (Prosopis pallida). Tesis (Ingeniero en Ciencias Forestales). Lima, Perú. Universidad Nacional Agraria La Molina, Facultad de Ciencias Forestales. 1990.

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