Los adultos alados del insecto Manduca sexta necesitan sólo los componentes esenciales del aroma de una flor para identificarla, según una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Arizona.
Aunque el olor de una flor puede estar compuesto por cientos de sustancias químicas diferentes, el insecto adulto de esa especie necesita sólo unas cuantas para reconocerla.
"Es como identificar una pieza musical escuchando sólo las notas tocadas por unos pocos instrumentos", explica el investigador principal Jeffrey A. Riffell. Los insectos no le prestan atención a todos los ingredientes al mismo tiempo. En realidad, sólo se fijan en unos pocos.
El hallazgo aporta un conocimiento mucho más profundo sobre cómo el cerebro procesa un olor específico de entre todo un mar de olores flotando en el aire.
El equipo de la Universidad de Arizona registró la actividad cerebral de machos adultos de Manduca sexta cuando olían cada una de las sustancias químicas de entre un total de cerca de 60 ingredientes básicos que forman la fragancia emitida por la fuente predilecta de néctar para estos insectos, las flores de Datura wrightii.
Ésta es la primera ocasión en que se logra registrar la actividad cerebral de un insecto mientras olfatea por separado los compuestos químicos principales extraídos de una flor real. En las investigaciones anteriores sólo fueron empleadas fragancias sintéticas.
Sólo nueve de las sustancias químicas provocaron una respuesta neuronal. Sin embargo, las nueve tenían que estar presentes simultáneamente para que el insecto volara hacia la fuente del olor y extendiera su "lengua" en busca del ansiado néctar.
Todavía no se sabe bien cómo el sistema olfativo del cerebro descodifica los estímulos de olor. Dos tercios del cerebro de los machos de Manduca sexta están orientados hacia el entorno. Para las hembras, el porcentaje es del 90 por ciento del cerebro.
Para encontrar alimentos, estos insectos deben reconocer el tenue aroma de la Datura wrightii, y entonces rastrear el olor hasta llegar a la flor.
Los investigadores sospechan que las narices y cerebros humanos también funcionan prestando atención sólo a unos pocos compuestos dentro de una fragancia dada.
Fuente:
www.amazigns.com
El equipo de la Universidad de Arizona registró la actividad cerebral de machos adultos de Manduca sexta cuando olían cada una de las sustancias químicas de entre un total de cerca de 60 ingredientes básicos que forman la fragancia emitida por la fuente predilecta de néctar para estos insectos, las flores de Datura wrightii.
Ésta es la primera ocasión en que se logra registrar la actividad cerebral de un insecto mientras olfatea por separado los compuestos químicos principales extraídos de una flor real. En las investigaciones anteriores sólo fueron empleadas fragancias sintéticas.
Sólo nueve de las sustancias químicas provocaron una respuesta neuronal. Sin embargo, las nueve tenían que estar presentes simultáneamente para que el insecto volara hacia la fuente del olor y extendiera su "lengua" en busca del ansiado néctar.
Todavía no se sabe bien cómo el sistema olfativo del cerebro descodifica los estímulos de olor. Dos tercios del cerebro de los machos de Manduca sexta están orientados hacia el entorno. Para las hembras, el porcentaje es del 90 por ciento del cerebro.
Para encontrar alimentos, estos insectos deben reconocer el tenue aroma de la Datura wrightii, y entonces rastrear el olor hasta llegar a la flor.
Los investigadores sospechan que las narices y cerebros humanos también funcionan prestando atención sólo a unos pocos compuestos dentro de una fragancia dada.
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